
Bien sabemos que, un suelo adecuadamente compactado, presenta generalmente buena resistencia a la compresión, no así a la tracción. La técnica de Refuerzo de Suelos consiste, básicamente, en intercalar capas de materiales resistentes a la tracción en una masa de suelo, para obtener un material compuesto más estable.
Esta técnica es de concepción y utilización muy antigua. La historia reconoce su empleo en la construcción de los “Ziggurats”, las torres sagradas por los babilonios; en tramos de la Gran Muralla China, frente a las estepas de
Mongolia; en las bases del Muro de Adriano en Britania; en las carreteras del Imperio Romano y tantos otros. En aquellas construcciones se empleaban materiales naturales de refuerzo disponibles en la zona, tales como; la paja de trigo, el bambú, el junco, el cáñamo, esterillas de madera dura y tantos otros.
Hasta el día de hoy, se continúa empleando la paja para dar resistencia a bloques de arcilla en las estructuras de adobe, con las limitaciones propias de estos materiales naturales.